Ya vienen los Reyes Magos...

Ya vienen los Reyes, ya han dejado en miles de casas de esta mi querida Ex-paña, montones de juguetes para que los niños jueguen, se diviertan y no pienen en el esfuerzo que han hecho sus padres para que los Magos de Oriente pasaran por sus casas a dejarlos, más que nada, porque no lo saben o no se lo imaginan. Pero lo mejor de esta noche, son los niños, es la ilusión, el nerviosismo, las ganas por recibir el juguete soñado, ese "me quiero dormir pero no puedo", su cara de ilusión al acercarse al nacimiento y ver un montón de regalos, o solo uno pero que si duda será para ellos lo más preciado, ya que se lo han traído "los Reyes Magos" . Las cabalgatas han sido maravillosas, los niños y sus padres agolpados a los lados de las calles por donde éstas pasaban, mirando con admiración a los Reyes y a su séquito, recogiendo caramelos o pidiendo en su interior que les dejen esa mágica noche el juguete deseado. Niños de todas nacionalidades residentes en Ex-paña, daba igual que fueran Españoles, Marroquíes, Bolivianos, Peruanos, Búlgaros, Polacos, Ucranianos o Ecuatorianos, había caramelos para todos y todos se divertían con la fiesta y se agachaban a por caramelos, padres e hijos... y daba igual que la fiesta fuera cristiana, allí se agachaba el musulmán radical, el comunista o socialista laico o el cristiano que quería rendir tributo a los Reyes que traían la buena nueva. Y ahí está la grandeza de la religión católica, que no excluye a nadie de sus fiestas por ser de otra confesión, todos tienen cabida y a todos se les respeta, mientras muchos cristianos tienen que vivir escondidos en países porque si no lo hacen, tienen firmada su sentencia de muerte. Los sucesos acaecidos en Egipto estas navidades, la intolerancia con la que se trata a los símbolos cristianos (p.ej. la obra que se representa en el Centro Dramático Nacional estos días titulada "Gólgota picnic"), que son constantemente pisoteados, ridiculizados y vejados, no hacen más que resaltar la grandeza de los cristianos que siempre están por encima de sus verdugos. Feliz vuelta a lo cotidiano. Salamandra